
Árabes de Israel víctimas de bandas criminales

Al mover las manos, Sami Abu Shamsia deja ver sus muñecas vendadas, secuela de las heridas que le infligieron los delincuentes que lo secuestraron en octubre, en medio de una ola de criminalidad sin precedentes en la minoría árabe de Israel.
Sami Abu Shamsia señala los agujeros de bala en el portón de su casa en Jerusalén Este producidos por el tiroteo que precedió su secuestro.
Shamsia, de 47 años, narró a AFP los cinco días de cautiverio que pasó en la ciudad central de Lod, una de las más golpeadas por la violencia que aqueja a la minoría árabe, que conforma el 20% de la población israelí.
«Me vendaron los ojos. Durante mi secuestro estuve tirado en el piso, con las manos detrás de la espalda atadas a mis pies», contó aún estremecido.
«Me golpearon y amenazaron con dispararme a las piernas», recordó.
Las autoridades atribuyen la violencia a familias criminales árabes que han acumulado poder y armas las últimas dos décadas.
El primer ministro Naftali Bennett señaló en particular a grupos del crimen organizado a los que acusó de cometer asesinatos y dirigir grupos criminales de «protección».
«Se ha formado un estado dentro del estado», indicó Bennett el año pasado, al señalar que esas bandas adquirieron «cantidades de armas ilegales que alcanzan para un ejército pequeño».
El ministro de Seguridad Pública, Omer Barlev, dijo que «las familias criminales en el sector árabe… tienen a la comunidad tomada por el cuello».
– Cerrar la brecha –
La coalición de gobierno de Bennett, la primera en Israel en tener apoyo de un partido árabe, aprobó medidas para combatir la violencia al mejorar las condiciones socioeconómicas de los árabes que se han quejado históricamente de trato desigual comparado con los judíos israelíes.
Esos programas incluyen un financiamiento de 9.400 millones de dólares en cinco años para «cerrar la brecha» entre los ciudadanos árabes y judíos, mediante promoción de empleos en sectores de alta tecnología y mejorar los servicios sociales.
También se aprobó un plan por 780 millones de dólares para combatir el crimen en comunidades árabes.
Pero tales acciones, que apenas comienzan, no impidieron que 2021 se convirtiera en el año más mortal registrado en términos de asesinato de árabes.
Según el Aman Center, una organización que trabaja para contener la violencia entre la comunidad árabe de Israel, 128 civiles árabes murieron en 2021 por la violencia criminal.
El grupo registró 113 muertes de este tipo en 2020, 96 en 2019 y 67 en 2018. La mayoría de las víctimas son hombres, según varias fuentes.
– Más prestamistas –
Shamsia, un comerciante en Cisjordania ocupada, dijo a AFP que mafiosos de Lod querían cobrarle una deuda de 270.000 dólares de su hermano, quien tiene un pasado criminal y fue renegado por su familia hace seis años.
Shamsia dijo que se negó a pagar.
En el secuestro del 14 de octubre, captado en cámaras de seguridad y visto por AFP, un vehículo aceleró al sitio donde trabaja Shamsia y varios hombres lo tomaron.
«Yo insistí en que no pagaría por dinero que no me prestaron», contó.
Su terquedad al parecer propició su liberación cinco días después.
Walid Haddad, un criminólogo que fue consejero del ministerio israelí del Interior, dijo que en el país hay cinco grupos principales de crimen organizado controlados por familias árabes, y han aumentado su poder desde 2003.
Ese año, el fallido intento de asesinato del conocido mafioso israelí Zeef Rosenstein dejó a tres inocentes muertos en el centro de Tel Aviv, llevando al entonces primer ministro, Ariel Sharon, a ordenar un asalto sobre el crimen organizado judío, con ayuda del FBI estadounidense.
Con la mafia judía debilitada, las pandillas árabes que eran «subcontratistas» de los judíos, «comenzaron a llenar el vacío de poder», dijo Haddad a AFP en Nazaret, ciudad de mayoría árabe.
«Ellos decidieron centrar sus actividades en comunidades árabes porque saben que a la policía no le importa lo que ocurre allí», agregó. Dijo que la seguridad israelí prioriza la violencia política palestina sobre la criminalidad.
Haddad y otros expertos dijeron a AFP que parte de la violencia ha sido motivada por la creciente actividad de prestamistas entre la mafia árabe, ofreciendo dinero rápido a árabes con poco acceso a los bancos israelíes.
Jaafar Farah, director del Centro de Derechos Igualitarios en Haifa, comentó que «los bancos israelíes discriminan a los ciudadanos árabes».
«Ellos (a menudo) no dan préstamos a los árabes, así que la gente debe tomar créditos con intereses altos de bandas criminales en el mercado negro», explicó Farah.
Pero si no paga, «primero le quiebran las piernas, luego lo matan», agregó.
mab-bs/jkb/mas/zm