Bolivia clama por justicia para las mujeres víctimas de la violencia machista

Colectivos feministas realizan protestas, en la ciudad de El Alto con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, este 25 de noviembre. EFE/Martin Alipaz
Colectivos feministas realizan protestas, en la ciudad de El Alto con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, este 25 de noviembre. EFE/Martin Alipaz

El Alto (Bolivia), 25 nov (EFE).- Fuerza, energía, lágrimas, bronca, impotencia y el grito clamoroso de justicia abundaron en las movilizaciones convocadas este jueves por colectivos feministas en ciudades bolivianas como El Alto, donde decenas de activistas y familiares de víctimas de la violencia machista hicieron escuchar su voz.
La avenida 6 de Marzo, la principal de El Alto, fue tomada por marchas que, al ritmo de batucadas, clamaban «señor, señora, no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente».
Una de la marchas fue hasta la sede de los juzgados alteños con pancartas que rezaban «jueces, fiscales, policías, la misma porquería», «ni una menos» y «las niñas no se tocan».
La movilización protestó sobre todo contra la impunidad en los casos de violencia machista y la escasa respuesta desde todos los niveles del Estado contra este mal, explicó a Efe la activista Shade Mamani, de la Articulación de Mujeres y Feministas Pluridiversas de El Alto y La Paz.
«Hemos convocado a esta marcha que es independiente del Estado, de las iglesias, de los partidos políticos y de las ONG porque creemos que tiene que dejar de utilizarse la consigna del ‘ni una menos’ para movilizar gente sin ningún sentido», dijo Mamani.
La activista recordó que la cantidad de feminicidios en Bolivia se acerca al centenar y lamentó que al año el conteo volverá a cero sin que las autoridades asuman acciones concretas.
En la puerta de los juzgados, algunas mujeres dieron sus testimonios, entre ellas una muchacha que pidió no dar su nombre y que contó entre lágrimas que fue víctima de abusos sexuales por parte de su abuelo y su padre.
«La confianza con la que una niña puede crecer fue totalmente destruida y hoy estoy acá porque pensaba seguir adelante y para seguir adelante necesito justicia, no solamente por mí sino por todas las niñas que callamos por miedo, por vergüenza porque nos tienen amenazadas», expresó la muchacha.
Detrás de esta marcha se movilizaron otras mujeres de entidades municipales, departamentales y de la Defensoría del Pueblo con mensajes que pedían respeto y el cese de la violencia machista.
IMPOTENCIA ANTE LA IMPUNIDAD
Una tercera marcha recorrió unos dos kilómetros desde las oficinas de la Fuerza Especial de Lucha contra la Violencia (FELCV) hasta la Fiscalía alteña.
La movilización estuvo liderada por las «Imillas skate», un grupo de muchachas unidas por su amor a la patineta y la ropa de las cholitas, las aimaras bolivianas.
Con ellas marcharon activistas de todas las edades, hombres y mujeres con pancartas con consignas como «yo sí te creo», «Estado feminicida», ataúdes negros de cartón y obituarios con los nombres de algunas víctimas de feminicidios que luego pegaron en las puertas de la Fiscalía.
También marcharon los padres de Daniela, una joven de 24 años que murió a principios de mes en la vivienda de su novio en circunstancias que hasta el momento no han sido aclaradas.
Su pareja asegura que encontró a la joven ahogada en la tina de su baño y con ayuda de sus familiares la fue a dejar ya sin vida a un hospital, pero la familia de Daniela no cree esta versión por la forma en que la abandonaron y el tiempo que tomaron para avisarles del suceso.
Cuando la marcha llegó hasta la Fiscalía alteña, la madre de la joven se puso de rodillas y lloró desconsoladamente, mientras los movilizados clamaban «justicia para Daniela».
«La familia está destrozada realmente, mi sentido de vida se está terminando. Estoy destrozado, es un dolor bien grande, solamente pido que se haga justicia porque esto no ha sido un accidente, esto es feminicidio», dijo a Efe Hugo, el padre de Daniela.
PALABRA ESTATAL
El presidente boliviano, Luis Arce, dedicó un par de tuits al Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, asegurando que «la mujer merece vivir en una sociedad que le garantice una vida sin miedos ni humillaciones».
«Falta mucho por hacer pero seguiremos trabajando para garantizar el pleno respeto a sus derechos y sin impunidad para sus agresores», agregó.
La Defesoría del Pueblo recordó en un comunicado las «cifras alarmantes» que la «vigencia del patriarcado» ha dejado en Bolivia este año, con 98 feminicidios, 32.741 casos de violencia familiar o doméstica, 113 casos de violencia por día, 1.895 por violación, 1.765 por violación de menores y 54 casos por acoso y violencia política.
«Estos datos reflejan la situación de la otra pandemia, aquella que a diario vulnera e impide a las mujeres desarrollar plenamente sus proyectos de vida», manifestó la Defensoría y recordó a las instancias estatales su obligación para adoptar las medidas necesarias que garanticen justicia para las víctimas y la erradicación de la violencia.
La violencia contra mujeres y niñas es una violación grave de los derechos humanos. El derecho de las mujeres a vivir sin violencia está recogido en acuerdos internacionales. En el ámbito mundial, solo el 40 % de las mujeres busca ayuda tras sufrir violencia, lo que obliga a las instituciones a promover políticas de prevención y ayuda.
Gina Baldivieso