Con retorno del crecimiento, UE relanza debate sobre vuelta a la austeridad
Durante la pandemia, la Unión Europea (UE) puso a un lado la disciplina presupuestaria, pero el regreso del crecimiento reabre el agrio debate sobre la austeridad, que divide a los 27 miembros del bloque.
«Será una gran batalla política’, dijo una fuente europea sobre la difícil discusión.
El tema está en la agenda de una reunión de ministros de Finanzas de la UE el viernes y sábado en Kranj (Eslovenia), una primera ronda de observación entre los partidarios de una flexibilización de las reglas y defensores de un rápido retorno a la ortodoxia.
La Comisión Europea ha prometido relanzar una consulta ciudadana en el otoño boreal, como punto de partida para un debate que se prolongará durante meses. Estas negociaciones arrancarían a partir de octubre, después de las elecciones generales en Alemania.
Programado antes de la pandemia, el debate sobre una reforma del pacto de estabilidad, que limita el déficit público al 3% y la deuda al 60% del Producto Interno Bruto (PIB), se había suspendido a causa de la crisis.
Pero ahora adquiere otra dimensión.
La pandemia provocó una grave caída de la actividad, combinada con el gasto público para proteger empresas y empleos, lo que hizo que la deuda se disparara.
El ratio de deuda pública de los 19 países que comparten la moneda única alcanzó por primera vez en 2020 el umbral simbólico del 100% del PIB, frente al 86% en 2019.
Este cuadro golpeó con mucha más fuerza a los países del sur, los más endeudados, que viven más de los servicios relacionados con el turismo, los primeros en sufrir los impactos de las restricciones sanitarias.
Así, el ratio de endeudamiento de Grecia ha vuelto a superar el 200% del PIB, el de Italia se acerca al 160%, frente a casi el 120% de España y Francia.
– Financiar la transición ecológica –
Un regreso estricto al pacto fiscal anterior a la crisis conduciría a una reducción repentina de la inversión pública para estos países, con el riesgo de volver a hundir a toda Europa en la recesión.
El colapso del gasto público también socavaría la lucha contra el cambio climático, que requiere renovar millones de hogares, instalar redes de estaciones de carga para coches eléctricos o construir un nuevo sistema energético bajo en carbono.
«Dados los niveles de deuda pública que se alcanzarán al final de esta crisis y la necesidad de financiar la recuperación y la transición ecológica, una revisión en profundidad de las reglas presupuestarias parece más necesaria que nunca», dijo recientemente el comisario europeo de Economía, el italiano Paolo Gentiloni.
El funcionario defiende una política de crecimiento, que según él es la única forma de reducir los déficits a largo plazo.
Esta posición es apoyada por la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, los países del sur de Europa y Francia.
Pero los países del norte, los llamados «frugales» y que se preocupan por tener que pagar los supuestos excesos de sus vecinos, temen el abandono del rigor presupuestario, aunque no cierren la puerta a la reforma.
Con el retorno del crecimiento, esperado en un 4,8% este año y un 4,5% el próximo para la zona euro, creen que el pacto de estabilidad debería restablecerse en 2023, aunque el debate aún siquiera ha arrancado.
«Vale la pena discutir simplificaciones y adaptaciones que promueven una mejor implementación, pero solo si las nuevas propuestas no ponen en peligro la sostenibilidad fiscal de los Estados miembros y la zona del euro», señalaron en una nota conjunta ocho países «frugales».
aro/fmi/ahg/es