El desfiladero para aprobar el acuerdo con el FMI
Sobre el filo de un peligroso default, el Poder Ejecutivo firmó una tregua con el FMI. Acordó el pago de las cuotas de enero y febrero del crédito tomado por la administración Macri.
Ahora tiene que transitar por un peligroso desfiladero.
Habiendo aceptado una baja significativa del déficit fiscal (empezando este mismo año) debe acordar con los técnicos del organismo multilateral, que lo monitorean trimestralmente, desde dónde se baja el gasto y convencer a la Vicepresidenta y líder de su espacio político, sobre la conveniencia del camino elegido. Ateniéndonos a los hechos y no a los dichos del Presidente de la República (como recomendaba su mentor) está claro que para lograr bajar el gasto, se tomarán medidas dolorosas para la población. Bajar los subsidios, implica aumentar las tarifas.
Devaluar, aunque sea por un mayor deslizamiento diario (crawling peg), alimenta la inflación que ya está altísima y sigue licuando salarios y jubilaciones. Bajar fuertemente el peligroso nivel de emisión de pesos, significa no contar con la muleta con la que se transitó durante los últimos dos años.
Aumentar la tasa de interés, para ubicarla por encima de la inflación, ayuda a solucionar una grave distorsión, pero alimenta la “bomba” de las Leliqs. Los”desembolsos” de los próximos dos años, en realidad son asientos contables para pagar la deuda.
El futuro acuerdo tiene, como elemento muy positivo, que el evitar el default, permite al país acceder a fondos frescos de “países amigos” y a nuevos créditos del Banco Mundial, BID y Corporación Andina de Fomento.
Una vez firmada la Carta de Intención, esta debe ser remitida al Congreso de la Nación, donde se debiera sancionar una ley que expresamente la apruebe. Este paso traerá nuevas complicaciones, ya que es inevitable un debate sobre las consecuencias sociales de la austeridad pactada, la evaluación política que realizarán los sectores del oficialismo y el aprovechamiento por parte de los opositores de izquierda y liberales.
La Casa Rosada se encontrará en la obligación de ejercer el Poder con una firmeza que, hasta ahora, no se le conoce.
El camino hasta 2023 estará lleno de obstáculos y turbulencias.
SEGUIR LEYENDO: