
El jardín de Juliana Urtubey, un bálsamo para alumnos inmigrantes en Estados Unidos

Paciencia, empatía y un jardín: ese es el secreto de Juliana Urtubey, la colombiana elegida mejor maestra del año de Estados Unidos, para ayudar a sus alumnos, como los hijos de inmigrantes que van al colegio con una mochila cargada de malos recuerdos.
Urtubey recuerda muy bien aquel día en que muchos niños llegaron a la escuela llorando, asustados por los planes migratorios del expresidente Donald Trump, al día siguiente de que ganara las elecciones.
«Él dijo muchas cosas contra los migrantes y les dio miedo», cuenta a la AFP. «Hablé con ellos para enseñarles cómo se enfrenta un problema», añade con voz pausada.
Pero el miedo del migrante no siempre se aprecia a primera vista. A menudo se lleva por dentro. «Uno no conoce su historia, pero sabe que han pasado dificultades. Las familias no lo cuentan, se notan cambios en el niño poco a poco», afirma esta maestra de sonrisa luminosa, que empezó a impartir clases hace 11 años.
A veces los profesores se enteran por casualidad. «Un día escuché a un niño (cuyo nombre no menciona por la confidencialidad) que le contaba a otro sobre La Llorona», la mujer que ahogó a sus hijos y cuya alma en pena los busca arrepentida por las noches, según una leyenda hispanoamericana.
«Ahí me enteré de que había estado detenido» en México con su familia mientras esperaban papeles, recuerda. «Era un niño travieso, aprendí a tenerle más paciencia, llevaba mucho sin estudiar y lo que vivió fue traumático».
Juliana Urtubey da clase en primaria y de educación especial (a alumnos con algún tipo de discapacidad) en la Kermit R. Booker Sr. Innovative Elementary School de Las Vegas, una ciudad a la que llegaron muchos niños de Cuba, tras pasar por México, explica.
– Educación holística-
Algunas familias ocultan su situación. Ella se da cuenta al ver que son reacias a firmar los documentos de la matrícula en educación especial, pese a tratarse de un mero trámite. Urtubey concierta una cita a solas con ellas para espantar el miedo y los niños perciben esa actitud «amistosa».
Como apóstol de la educación holística, esta hija de colombianos, nacida en Bogotá pero criada en Estados Unidos, defiende el bilingüismo y la integración. «No es tan común que las personas de primera generación como yo hablen español, hay una escasez de educación bilingüe».
«Yo creo que la sociedad da más oportunidades al niño que aprende el inglés. En Estados Unidos tenemos problemas con el racismo, que incluye xenofobia, como miedo a las diferencias. Yo celebro las diferencias».
A quienes no hablan inglés con fluidez se les llama «English-language learners» (aprendices de inglés). Ella prefiere llamarlos «linguistic gifted”, porque «son un regalo, algo chévere que aportar».
– «Señorita Tierra» –
Sus alumnos la llaman Ms Earth (Señorita Tierra) por un juego de palabras con la pronunciación en inglés de su apellido, Urtubey («Earth-to-bey»). A ella no le importa y lo cierto es que le viene como anillo al dedo porque el jardín es el otro ingrediente de su pócima educativa.
Urtubey construyó con los niños un jardín a través del cual les enseña «a colaborar, a trabajar juntos».
«Algunos niños tenían problemas de comportamiento, pero con el jardín están tranquilos, calmados, les da autoestima. En un jardín hay muchos problemas y errores y los vemos como una oportunidad de aprender», explica Urtubey, quien recibió en octubre de manos de Jill Biden, esposa del presidente estadounidense, el premio concedido por el Consejo de Directivos de Escuelas Estatales de Estados Unidos.
Urtubey está convencida de que cualquier niño que viva en contacto con la naturaleza aprende a cuidarla. «Aprecian el ciclo de un animalito porque ellos cuidaron las plantas y ven como las larvas se transforman en mariposa, sienten interés en cuidar la ecología, entienden que todos formamos parte del sistema y somos responsables de él».
¿Y cómo se le habla a un niño del cambio climático? «Con esperanza», dice. «Mi trabajo como profesora es siempre tener esperanza, dentro de la comunidad tenemos la solución».
Quizá un día uno de sus alumnos se convierta en el sucesor de Greta Thunberg. «Me gustaría que alguno de nuestros estudiantes se dedicara a conservar la naturaleza», confiesa Ms Earth.
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