ENTREVISTA | Unai Sordo: «Con esta subida del Salario Mínimo, iniciamos la senda hacia los 1.050 euros en 2023»

El secretario general de CCOO, Unai Sordo (Barakaldo, 1972) atiende a 20minutos por teléfono después de que, este jueves, Gobierno y sindicatos pactaran elevar el salario mínimo interprofesional (SMI) a 965 euros brutos al mes, un incremento que surtirá efectos, de forma retroactiva, desde el pasado 1 de septiembre.

Lo valoramos positivamente, porque cumple el objetivo de subir el SMI en 2021, que era algo que, en principio, no se iba a producir.

Hay un compromiso nítido en el acuerdo para subirlo al 60% del salario medio en 2023, con un paso medio en 2022, como marcó la comisión de expertos.

Con esta subida, iniciamos un acuerdo vinculado a la senda de los expertos: 15 euros de subida este año, un SMI de unos 1.000 euros en 2022 y del 60% de la media salarial en 2023, unos 1.050 euros.

Hubiéramos querido garantizar el poder adquisitivo. Pero, como esto se tenía que haber negociado en enero y lo hemos cerrado en septiembre, nos pareció más inteligente no obcecarnos y apostar por continuar con subidas en 2022 y 2023 a través de la senda que marcaron los expertos.

Nosotros esto solo lo estamos negociando con el Ministerio de Trabajo, los dimes y diretes que tengan en el Gobierno son cosa suya. Es evidente, en todo caso, que la posición dentro del Gobierno con respecto a los salarios mínimos no es uniforme.

Este es un viejo dogma que se mantiene entre los economistas liberales y la CEOE. Pero está demostrado que no es así. En 2016, cuando CCOO y UGT demandamos al Gobierno elevar el salario mínimo a 800 euros, un informe vaticinaba que se destruiría casi medio millón de empleos, pero ahora el salario mínimo es de 950 euros y se está creando empleo de forma mucho más rápida que en las salidas de crisis anteriores. Al revés: no se destruye empleo, se crea, porque mejorar los salarios más bajos incrementa el consumo de las familias que menos recursos tienen.

La primera propuesta de Trabajo introduce novedades en lo que tiene que ver con el acceso a la formación de los trabajadores en ERTE y con respecto a la revisión de los ERTE vigentes. Nos parecen bien los dos planteamientos: ahora mismo, una parte de los ERTE en vigor están en fraude, y también nos parece bien que cuando haya suspensiones o reducciones de jornada los ERTE se puedan vincular a planes formativos para los trabajadores. Pero tengo la duda de si, en este momento, existe la oferta formativa suficiente para los trabajadores que están en ERTE. Esa propuesta tiene todo el sentido del mundo para los ERTE estructurales, el mecanismo que tenemos que pactar en la reforma laboral.

Mientras la situación postpandémica tenga efectos en la restricción de la actividad económica, deben continuar.

Es absolutamente necesario que se cumpla. Y, si las negociaciones se encallan, los sindicatos no nos vamos a limitar a pedirlo, sino que fortaleceríamos un proceso de movilización. En cualquier caso, el Gobierno está obligado a derogar los aspectos más lesivos de la reforma laboral, es el compromiso que ha contraído con Bruselas.

Creo que es posible, pero es muy difícil, no hay que engañarse. La CEOE tiene pocos incentivos para llegar a un acuerdo, porque la reforma laboral de 2012 le otorgó muchísimas ventajas pensando en la caída de los salarios y la precariedad. Por eso es importante que el Gobierno deje claro que el hecho de que la CEOE no esté en un acuerdo no va a impedir que haya una corrección en profundidad de la reforma laboral.

No es una cuestión de cesiones, sino de saber qué modelo de relaciones laborales, de economía y de sociedad queremos. Por eso para el sindicato son condiciones irrenunciables retomar aquellos preacuerdos que ya teníamos con el Ministerio de Trabajo: equilibrar la negociación colectiva, regular la subcontratación, evitar que los convenios de empresa puedan reducir los salarios de los convenios sectoriales y evitar que los convenios de empresa, en caso de no ser renovados, pierdan su vigencia. Y hay que limitar el recurso a la contratación temporal y dificultar que se recurra al despido. Esto se puede hacer de muchas maneras y no tenemos líneas rojas, pero tenemos que romper esa dinámica del contrato temporal y el despido.

source https://www.20minutos.es/noticia/4823919/0/entrevista-unai-sordo-salario-minimo/