
La reforma de las normas fiscales de la UE podría no acordarse antes de finales de 2023

Por Jan Strupczewski
BRUSELAS, 4 feb (Reuters) – Es poco probable que la Unión Europea llegue a un acuerdo sobre la reforma de sus normas fiscales este año y puede que las conversaciones ocupen también la mayor parte del año que viene, lo que deja al bloque en un aprieto respecto a qué marco utilizar en 2023 para reducir el gasto con cautela, según varios responsables de la UE.
Las normas, denominadas Pacto de Estabilidad y Crecimiento, limitan el endeudamiento de los Estados para proteger el valor de la moneda común, el euro, que comparten 19 países. Se han suspendido desde 2020 para dar a los Gobiernos un margen de maniobra para luchar contra la pandemia del COVID-19.
Ahora que el crecimiento ha vuelto a su cauce, las normas debían restablecerse a partir de 2023, aunque con cambios que reconocieran las nuevas realidades económicas de la UE: la elevada deuda pública tras la pandemia y la necesidad de una enorme inversión pública para luchar contra el cambio climático.
Sin embargo, la Comisión Europea no presentará sus propuestas de modificación del Pacto de Estabilidad y Crecimiento hasta junio, según los responsables. Eso deja solo unos meses después de que las instituciones de la UE vuelvan de las vacaciones de verano para llegar a un acuerdo sobre un tema muy complejo y políticamente sensible.
«Es improbable que se produzca una revisión completa del Pacto de Estabilidad y Crecimiento antes de finales de año», dijo Markus Ferber, miembro de la comisión económica del Parlamento Europeo que decidirá en común los cambios de las normas.
«Incluso si la Comisión se ciñe al calendario actual de tener una propuesta para mediados de año, algo en lo que yo no confiaría necesariamente, medio año es considerablemente demasiado corto para que se desarrolle el proceso legislativo», dijo.
«Hay que esperar que el proceso legislativo dure al menos un año, probablemente más».
REDUCCIÓN DE LA DEUDA, INVERSIÓN ‘VERDE’
Los responsables dijeron que, a partir de la publicación de las propuestas de la Comisión en junio, el proceso legislativo para concretar los cambios entre los Gobiernos europeos y el Parlamento Europeo tardaría probablemente entre un año y 18 meses.
«No veo ningún acuerdo antes de finales de 2023 como muy pronto. Por ello, la orientación de la Comisión para 2023 será extremadamente importante», dijo un alto cargo de la eurozona que participa en las conversaciones sobre el cambio de las normas. «Cuanto más se prolongue el debate, más difícil será».
Los Gobiernos, sin embargo, ya son conscientes de que el apoyo fiscal a la economía tiene que disminuir, con o sin nuevas normas en vigor.
«Es razonable suponer que el nivel de apoyo fiscal será inferior al actual. Esta es la lógica de las reglas fiscales y tiene sentido cuando la recuperación está en una fase más avanzada», dijo el miércoles el presidente de los ministros de Finanzas de la zona euro, Paschal Donohoe.
La revisión pretende establecer un nuevo sistema que proporcione una senda realista de reducción de la deuda a los Estados de la UE. La actual norma de endeudamiento, establecida hace una década, es demasiado ambiciosa para países como Grecia o Italia, que tienen una deuda superior al 200% y cercana al 160% del PIB, respectivamente.
Tampoco se prevé ahora la inversión —que la Comisión estima en más de medio billón de euros anuales de dinero privado y público para la próxima década— necesaria para reducir las emisiones de CO2 a un cero neto en 2050 para mitigar los peores impactos del cambio climático.
Una de las ideas que se están estudiando es la de eximir esas inversiones públicas ‘verdes’ del cálculo de los déficits presupuestarios de la UE, que deben mantenerse por debajo del 3% del PIB.
Pero los responsables dicen que sería muy difícil ponerse de acuerdo sobre qué es una inversión ‘verde’, lo que abriría la norma a los abusos. La profundidad de las divisiones sobre lo que es sostenible se ha puesto de manifiesto en la batalla de la UE sobre su ‘taxonomía verde’ que se está llevando a cabo.
¿FASE DE TRANSICIÓN?
Sin un nuevo marco preparado para el momento en que se restablezcan las normas, la UE tiene la opción de volver a normas poco realistas el año que viene, suspender las normas durante más tiempo o salir del paso con una interpretación flexible de las normas existentes.
«No creo que haya normas de transición. ¿Qué sentido tendría? Acordarlas sería tan complicado como acordar una reforma en sí misma», dijo un segundo alto cargo de la zona del euro que participa en las conversaciones.
La Comisión dirá a principios de marzo qué criterios deben utilizar los Gobiernos para planificar los presupuestos de 2023, lo que da una idea de cómo podría resolverse el dilema de las normas.
«Mi forma preferida sería simplemente aplicar el antiguo conjunto de normas hasta que tengamos uno nuevo», dijo Ferber.
«En general, no tenemos ninguna presión temporal para la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Tenemos un régimen en vigor, que puede tener algunos defectos, pero no se acabará el mundo si tenemos que recurrir a él».
(Reporte de Jan Strupczewski; edición de Alex Richardson; traducción de Flora Gómez)