La tensión comercial y migratoria se cierne sobre la Cumbre de los Tres Amigos

La llaman la Cumbre de los Tres Amigos, pero cuando Andrés Manuel López Obrador se reúna este jueves en la Casa Blanca con sus pares Joe Biden y Justin Trudeau, las tensiones comerciales y migratorias podrían aguar la fiesta.

AMLO, como se le conoce al presidente mexicano por sus siglas, mantendrá esta tarde (hora de Washington) un encuentro a tres bandas con el primer ministro canadiense Trudeau y el presidente estadounidense Biden en la Cumbre de Líderes de América del Norte, la primera desde 2016.

Biden ha resucitado la cumbre enterrada por Donald Trump. Como viene haciendo con sus aliados europeos y asiáticos, quiere mejorar las relaciones entre los tres grandes países de Norteamérica, que forman el Tratado de México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

Es «la culminación de 10 meses de trabajo para revitalizar Norteamérica como una plataforma que es fundamental para nuestro éxito económico nacional, así como una asociación que puede desempeñar un papel esencial en la resolución de desafíos regionales y globales», declaró el subsecretario de prensa de la Casa Blanca, Chris Meagher.

México afirma llegar con «una visión optimista», pero no todo es de color rosa.

– Hecho en EEUU –

Como un eco de la ideología «Estados Unidos primero» de Trump, Biden intenta revitalizar la tambaleante base industrial estadounidense, sobre todo impulsando el mercado de vehículos eléctricos y energías limpias. Y esto genera fricciones.

Tanto México como Canadá están alarmados por la propuesta de Biden de otorgar créditos fiscales o impositivos para promover la fabricación en Estados Unidos de vehículos eléctricos.

Y Canadá y Estados Unidos desaprueban la reforma constitucional de AMLO para el sector eléctrico, por su potencial impacto en las inversiones privadas.

«Buy American», la política de Biden para fomentar la compra de productos estadounidenses, molesta a sus vecinos. Canadá lo tacha de proteccionismo manifiesto.

Meagher afirma no obstante que «habrá oportunidades de sobra» para trabajar con Canadá y México en el crecimiento económico regional.

El presidente mexicano aboga por una integración económica «con respeto a las soberanías» de los pueblos porque la zona tiene ventajas, como la cercanía y mercado, «para ser la región más fuerte económicamente del mundo».

Así se lo dijo en una reunión a la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris.

Si se fortalece la integracion económica «se va a necesitar reordenar el flujo migratorio y puede haber también oportunidad de empleos», afirmó AMLO, partidario de «producir en América del Norte» lo que la región consume.

El presidente mexicano dijo a la vicepresidenta que hay «que invertir para que haya trabajo y bienestar en América Central, para que la gente no se vea en la necesidad de emigrar, que la migración sea opcional, no forzosa».

En este sentido dijo estar al tanto de que «ya hay un plan de parte del gobierno de Estados Unidos para ayudar a Centroamérica».

El presidente mexicano aplaudió asimismo la iniciativa de Biden para regularizar a migrantes «porque es justo (…) gente muy trabajadora, honrada que vive en Estados Unidos desde hace mucho tiempo».

La migración, junto con los problemas en la cadena de suministro y la producción de vacunas contra el covid-19, son un quebradero de cabeza para los que México pide soluciones.

Un alto funcionario del gobierno de Biden declaró a la prensa que en la reunión del jueves se abordarán soluciones regionales al asunto.

Frente a un «desplazamiento sin precedentes», avivado por las consecuencias económicas del covid-19 y el cambio climático, Estados Unidos quiere «llegar a un enfoque común» y encontrar soluciones a las «causas fundamentales» del fenómeno migratorio, dijo.

Además de reunirse con la vicepresidenta, el presidente mexicano se reunió por separado con Trudeau en el Instituto Cultural Mexicano. «Somos pueblos y naciones hermanas», le dijo al primer ministro canadiense.

También hablará por separado con Biden antes de la reunión trilateral.

Este jueves los líderes rehuirán algunos asuntos delicados. No se prevé que hablen de la situación en Cuba, un tema con el que México es muy crítico porque estima que el embargo estadounidense sobre la isla es «inhumano».

Los tres mandatarios no darán una rueda de prensa al final de la jornada, sino que emitirán una declaración conjunta porque, según el canciller mexicano, es «más precisa».

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