Los ayatolás no saben qué hacer para que los iraníes tengan más hijos

Dos niños compran dulces en una pastelería con su padre en Teherán el pasado 22 de noviembre de 2021.EFE/Jaime León
Dos niños compran dulces en una pastelería con su padre en Teherán el pasado 22 de noviembre de 2021.EFE/Jaime León

Teherán, 26 nov (EFE).- Los iraníes apenas tienen hijos. Alarmado ante el envejecimiento de la población, el régimen teocrático que rige los destinos de Irán ha aprobado una nueva ley para fomentar los nacimientos, muy criticada por grupos de derechos humanos por su carácter coercitivo.
Irán, con 85 millones de habitantes, ha experimentado la que es considerada una de las mayores caídas de la natalidad registrada en la historia: en los años 80 nacían siete hijos por mujer en el país y hoy 1,6, según datos de la ONU.
El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jameneí, ha calificado de «objetivo estratégico» el aumento de la natalidad y desde 2014 ha aprobado diferentes medidas para que los iraníes tengan más hijos, desde campañas publicitarias hasta la concesión de bajas por maternidad, entre otras.
En vano.
Los vaivenes en las políticas demográficas de Irán se remontan a 1979. Ese año el ayatolá Ruholá Jomeiní declaró antiislámica la planificación familiar.
El fundador de la República Islámica de Irán llenó las ciudades de carteles que mostraban familias de un padre, una madre y siete hijos para fomentar la natalidad.
Esa política provocó un estallido social que llevó al Gobierno a dar marcha atrás en 1989: se potenció el uso de anticonceptivos e incluso la educación sexual en los colegios.
Entonces, los carteles comenzaron a representar a familias con dos hijos: la planificación familiar ya no era contraria al islam.
Esas nuevas medidas fueron un éxito: el crecimiento de la población cayó de un 3,2 en 1989 a 1,2 en 2003. Y el número de hijos por mujer bajó de siete a tres.
El programa de control de la natalidad de Irán estaba considerado como uno de los mejores del mundo, alabado incluso por la ONU.
Pero los nacimientos continuaron cayendo hasta las cifras de hoy, con un crecimiento de la población del 0,7 % y 1,6 hijos por mujer.
CAMBIOS DEL ESTILO DE VIDA
El demógrafo Saleh Qasemí explica a Efe que el descenso de la natalidad actual se debe a los cambios en el estilo de vida y a la situación económica.
Los iraníes hoy se casan más tarde, sobre todo en los centros urbanos, y cuando lo hacen tienen uno o dos hijos o directamente ninguno.
Es el caso de Fereshte, una mujer de 45 años, con un buen sueldo, casada desde hace diez años y que ha decidido no tener hijos.
«No creo que traer hijos al mundo hoy sea una buena opción. Me parece una irresponsabilidad», afirma esta empresaria de Teherán.
La situación económica tampoco ayuda, con los alquileres disparados, una inflación por encima del 30 % y el país aislado financieramente del mundo por las sanciones estadounidenses.
Los expertos advierten que si la situación continúa, las consecuencias serán desastrosas para el país.
«En estos momentos los ancianos suponen el 10 % de la población. Pero en 20 años seremos uno de los países con más ancianos del mundo y en 30 la nación con el mayor numero de personas mayores», dijo el demógrafo Esmaeil Akbari al diario Tehran Times recientemente.
Por su parte, Qasemí advierte de un «tsumani de ancianos» que afectará severamente a la economía del país, dificultará el crecimiento y el pago de pensiones, entre otras cuestiones.
PELIGRO PARA LAS MUJERES
Para paliar esa situación, el Gobierno del anterior presidente Hasan Rohaní aprobó en marzo una ley para potenciar la natalidad, legislación que recibió este mes el visto bueno del Consejo de los Guardianes, organismo que se asegura de que las leyes cumplan con los principios islámicos.
La Ley de Apoyo a la Familia y a la Juventud establece ayudas económicas a los matrimonios jóvenes, subvenciones para la compra de viviendas; ascensos para los trabajadores con más de tres hijos, y bajas de maternidad de nueve meses con sueldo completo, entre otras medidas.
Pero al mismo tiempo recorta los derechos de la mujer, según Human Rights Watch (HRW) y la ONU.
La ley prohíbe la esterilización, la distribución de anticonceptivos en centros de salud públicos y establece la creación de un comité que estudie nuevas limitaciones para el aborto.
En la actualidad, el aborto está permitido en Irán durante las cuatro primeras semanas de embarazo si tres médicos coinciden en que continuar con la gestación supone un peligro para la mujer.
Además, la ley establece que el Ministerio de Inteligencia y los servicios de espionaje investiguen casos de abortos supuestamente ilegales.
«Esta nueva ley supone un riesgo para la salud de las mujeres», afirmó en un comunicado Tara Sepehri Far, investigadora de HRW en Irán.
Un comité de expertos de la ONU también criticó la ley y pidió su retirada por las «devastadoras» consecuencias que puede tener en las mujeres.
«Representa un giro alarmante y reaccionario de un Gobierno que antes había sido elogiado por sus progresos en los derechos de la salud», afirmó el comité de la ONU en un comunicado.
La ley estará en vigor por un periodo inicial de siete años para comprobar si funciona y los iraníes tienen más hijos.
Aún no se ha anunciado qué carteles se usarán en esta ocasión.
Jaime León