Oenegés griegas ofrecen un futuro a los migrantes en un mercado laboral devastado

Apoyado contra una mesa de trabajo junto a una decena de otros alumnos, Fazle Rabbi, un solicitante de asilo de Bangladés, aprende a fabricar un cable de telefonía, esperando así aumentar sus posibilidades de encontrar un trabajo en Grecia.

«Si tengo buenas notas en esta escuela, creo que conseguiré (un trabajo) como técnico en informática», dice este joven de 18 años, con un alicate en la mano.

Fazle Rabbi es una de las decenas de personas vulnerables que reciben formación profesional por parte de la organización sin fines de lucro Odyssea.

En un aula, otro grupo aprende a utilizar el programa de una máquina de tallado de madera.

En la zona industrial de Rentis, cerca del Pireo, Odyssea ya ha ayudado a 2.500 beneficiarios, y otros 3.000 están buscando inscribirse.

Odyssea se centra en «las personas que sienten que no tienen las mismas oportunidades de integrarse en la sociedad, que se sienten discriminadas», explica Thodoris Kostoulas, ingeniero mecánico y responsable de programa de la ONG.

Fundada en 2016 -poco después de la llegada a Europa de más de un millón de refugiados-, la organización, llamada según la epopeya de Homero, ayuda a estos exiliados a encontrar un empleo en Grecia después de la crisis, donde el desempleo sigue siendo del 13%, y de hasta 28% para los menores de 25 años.

Presta asistencia a los migrantes que no reúnen las condiciones para participar en programas de integración supervisados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Yannick Carlos Wafo, un camerunés de 27 años, no obtuvo el estatuto de refugiado y por lo tanto no fue admitido en el programa de apoyo de la OIM, Helios.

«La integración en Grecia no es nada fácil», explica Wafo, que finalmente tomó un curso de electricista en Odyssea y actualmente trabaja como fontanero.

– Estrategia global más amplia –

Si bien más de 6.000 refugiados en Grecia han asistido a los cursos de seis meses en Helios, decenas de miles de solicitantes de asilo no tienen derecho a ello.

Stella Nanou, portavoz del Alto Comisionado para los Refugiados en Grecia (ACNUR), sostiene que Helios puede «llenar lagunas cruciales» para los refugiados. «Sin embargo, las necesidades son grandes y los programas o proyectos específicos de integración deben completarse con una estrategia nacional global más amplia», explica a la AFP.

Una iniciativa similar a Odyssea es llevada a cabo por Ankaa, una ONG griega creada en 2017 y registrada en Luxemburgo. En sus instalaciones en el barrio popular de Kypseli, el grupo ha ayudado hasta ahora a un millar de migrantes, afirma la responsable del proyecto, Dora Bakatselou.

«Somos una organización que responde a las verdaderas necesidades», afirma, considerando que «el Estado griego tiene dificultades para poner en marcha programas de integración».

Ankaa también posee una tienda digital que vende máscaras contra el coronavirus de algodón orgánico, mochilas, bolsas y otros artículos fabricados a partir de los restos de botes neumáticos que sirvieron a los migrantes para llegar hasta las islas de Chios y Lesbos.

Además de la formación y la ayuda en la búsqueda de empleo, la ONG ofrece cursos de inglés y griego y una biblioteca.

Odyssea también brinda cursos de cocina en línea y de camarero, mientras que otros equipos in situ permiten formarse en la impresión 3D o en la fontanería.

Muchos candidatos buscan trabajo en las redes sociales, la informática y el sector hotelero. Según una encuesta realizada por Focus Bari Institute y la ONG HumanRights360, casi 62% de las empresas que contratan migrantes afirman haber tomado esta decisión debido a la falta de mano de obra griega.

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