El pesebre bíblico más grande de América Latina está en Ecuador

El pesebre tiene más de 600 figuras en movimiento (Foto: Erdwin Cueva/ EL UNIVERSO)
El pesebre tiene más de 600 figuras en movimiento (Foto: Erdwin Cueva/ EL UNIVERSO)

El belén bíblico más grande de América Latina se encuentra en Loja, la ciudad capital de la fronteriza provincia homónima, al sur del Ecuador. El belenismo o recreación de belenes, también llamados nacimientos, pesebres o portales, se refiere los diversos tipos de representación plástica del nacimiento de Jesucristo.

Hay muchos tipos belenes, pesebres o nacimientos. Los bíblicos, también llamados hebreos o palestinos recrean el paisaje, los personajes, los utensilios y las costumbres que había en Palestina en el momento de nacimiento de Jesucristo.

El pesebre bíblico más grande de América Latina se llama “Padre Jimmy Arias”, en homenaje al sacerdote que impulsó la creación y exhibición del belén que hoy se extiende en una superficie de 240 metros cuadrados. El religioso que impulsó esta iniciativa pastoral falleció el pasado mes de abril por complicaciones con el covid-19.

En 2005 fue la primera vez que el pesebre se exhibió en la Catedral de Loja y con el tiempo fue extendiéndose hasta ocupar gran parte de las naves laterales y de la nave central, desde la entrada hasta el crucero del templo. En 2018 el pesebre se armó en la Catedral de Cuenca y este 2021 la exhibición se realizará nuevamente en Loja, esta vez en un centro comercial de la ciudad.

Alexis Arias Piedra, hermano del padre Jimmy, dijo que la instalación comenzó el 15 de octubre y el 15 de diciembre se inauguró la exhibición al público. Arias confirmó que la labor de instalación requirió de 12 personas que trabajaron durante los dos meses en jornadas completas. También explicó que el belén recreado es de tipo bíblico, que recrea las escenas de Jesucristo, desde su nacimiento hasta la huida a Egipto.

El pesebre es el más grande de América Latina por su singularidad y características. Tiene más de 600 figuras en movimiento, más 800 figuras verticales, un río de 20 metros con agua real e incluso las casas de la recreación fueron iluminadas con bombillas eléctricas individuales que simulan el uso de los candeleros de la época. El pesebre tiene fases de la vida real como: día, atardecer, noche y amanecer. Muchas de las figuras se mueven para dar realismo a una sociedad con su propia vida cotidiana. Todo el recorrido está asistido por unas bocinas que van relatando las condiciones de vida de la época, además de explicaciones históricas y antropológica de aquellas circunstancias.

El pesebre lleva el nombre "Padre Jimmy Arias", en honor al sacerdote que impulsó su creación (Foto: Erdwin Cueva/ El Universo)
El pesebre lleva el nombre «Padre Jimmy Arias», en honor al sacerdote que impulsó su creación (Foto: Erdwin Cueva/ El Universo)

Todo lo utilizado es material reciclado, como papel, cartón o espuma de poliuretano, lo que da acabados rocosos y realistas. Los belenistas de este pesebre valoran su obra en 25 mil dólares, entre materiales, mantenimiento, restauración e instalación.

Solamente en las dos últimas presentaciones, entre las catedrales de Loja y Cuenca, los belenistas calculan que recibieron la visita de casi un millón de personas. La entrada siempre ha sido gratuita.

El pesebre costumbrista más grande de América se encuentra en Venecia, un pintoresco pueblo del suroeste antioqueño a una hora y media de Medellín, en Colombia. Los pesebres locales o costumbristas utilizan paisajes no bíblicos normalmente asociados al lugar del belenista y son habitualmente anacrónicos, puesto que las figuras representan personajes de tipología regional, de épocas diferentes a la del nacimiento de Cristo.

La primera celebración navideña en la que se armó un pesebre para la conmemoración del nacimiento de Jesucristo fue en la Nochebuena de 1223. Un entusiasta Francisco de Asís, hoy convertido en Santo, encontró el lugar adecuado en una ermita en Greccio, Italia. En esa ocasión la escena del nacimiento de Cristo no fue representada con figuritas y miniaturas de objetos cotidianos, aunque sí se utilizaron animales. En el lugar se celebró la misa nocturna acompañada de una representación simbólica de la escena del nacimiento, mediante un pesebre sin niño, con el buey y la mula.

Tras esta primera ocasión se fue popularizando la instalación de belenes en las iglesias durante la Navidad, con figuras de cera o madera.

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