La falta de fondos amenaza a los hospitales en enclave rebelde de Siria

En los pasillos de un hospital del noroeste de Siria, pacientes de todas las edades acuden para recibir tratamientos gratuitos. Pero desde que se redujeron las ayudas internacionales, el centro corre el riesgo de cerrar.

El hospital de Darkush está situado en la parte de la provincia de Idlib que está en manos de los rebeldes. En esta región y sus alrededores viven tres millones de personas, la mitad de ellas son desplazados de la guerra que estalló en 2011.

El hospital forma parte de los numerosos establecimientos médicos de Idlib que podrían cerrar parcial o totalmente debido a la reducción de ayudas internacionales.

Um Alaa, una madre de familia desplazada, recibe tratamiento en el servicio de ginecología desde hace ocho días.

«Aquí, los tratamientos son de calidad» y «este hospital es el más cercano a mi domicilio», admite a la AFP.

«Espero que no cierre», dice, «porque no tendría los medios» para pagar los gastos de hospitalización ni las medicinas.

El hospital de Darkush trata gratuitamente a más de 30.000 pacientes al año. Pero a finales de noviembre, una organización internacional dejó de donar los fondos que representaban 80% de la ayuda total.

– «Dos meses, máximo» –

«Actualmente utilizamos las reservas de material y medicamentos, pero las existencias comienzan a reducirse. Podemos aguantar dos meses, máximo», explica  a la AFP el director del hospital, Ahmed Ghandur.

El servicio de urgencias y otras muchas unidades dejaron de funcionar debido a la interrupción de las ayudas, según él.

Y desde principios de año, no se puede pagar al personal médico.

«Necesitamos medicinas y material médico», lanza el responsable.

En diciembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo un llamado de urgencia para recaudar más de 257 millones de dólares destinados a las necesidades médicas de esta región para 2022.

Los médicos advierten del riesgo de una catástrofe sanitaria si los hospitales cierran.

Según la OMS, 3,1 millones de personas de un total de 4,4 millones en el noroeste de Siria necesitan tratamiento médico.

Los hospitales recibían «una ayuda operacional, salarios y suministros médicos» a través de donantes internacionales, entre ellos la OMS y oenegés internacionales, señala a la AFP Salem Abdan, director de la autoridad sanitaria de Idlib.

Pero «las ayudas aportadas a unos 18 hospitales» de Idlib y sus alrededores se vieron recortadas a finales de 2021, según este responsable, que insta a «los donantes a no olvidarse del noroeste de Siria».

– «Las necesidades aumentan» –

En 2021, la ONU y sus socios sólo recibieron 46% de la financiación reclamada (4.200 millones de dólares) para el plan de respuesta humanitaria a Siria.

«La ayuda internacional disminuye mientras que las necesidades aumentan», se lamenta Mahmud Daher, director de la oficina de la OMS en Gaziantep (sureste de Turquía). Algunos hospitales dejaron de funcionar, añade.

Y la ayuda que recibirán de la ONU varios centros médicos próximamente será insuficiente, según él.

En el noroeste de Siria hay más de 490 establecimientos de salud, entre ellos hospitales y centros médicos, que dependen en gran parte de la ayuda internacional, insiste Daher .

«La mínima reducción (de ayuda) afecta a la vida de cientos de miles de personas», advierte.

La década de guerra en este país ha devastado el sistema sanitario, sobre todo en el norte y el noroeste.

En un informe publicado en diciembre, la oenegé Physicians for Human Rights indicó que «las necesidades sanitarias de la población superan de lejos la capacidad de las instalaciones y del personal disponibles en el norte de Siria».

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